Resumen La comorbilidad es un problema frecuente en ancianos que contribuye a la complejidad de este grupo poblacional y supone un factor de riesgo de eventos adversos de salud (deterioro funcional, discapacidad, dependencia, institucionalización, hospitalización, mala calidad de vida y muerte), aunque no el principal. La comorbilidad entendida como una compilación de enfermedades no es la principal característica que define la población que debe ser atendida por un geriatra. La edad y el riesgo de declinar funcional deben primar sobre otras características.
Resumen Los índices de comorbilidad en ancianos no deben ser interpretados de manera aislada, sino en un contexto de valoración integral que incluya disfunciones preclínicas asociadas al envejecimiento, a las medidas de fragilidad, a los aspectos funcionales, mentales y psicosociales. El manejo clínico de la comorbilidad en ancianos requiere conocimientos avanzados en Geriatría, puesto que el tratamiento de varias condiciones puede empeorar otras o hacer aparecer nuevas y porque las disfunciones fisiológicas preclínicas modulan la respuesta a los fármacos.
Resumen Aunque recomendar un índice de comorbilidad en particular es complejo y depende de numerosas variables, por sus características psicométricas, su aplicabilidad en ancianos y su constructo, la Cumulative Illness Rating Scale en su versión adaptada a ancianos podría ser el más recomendable. Otros, como el índice de Charlson, el Index of CoExistent Disease y el índice de Kaplan, son también métodos válidos y reproducibles.
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