La atención de salud es caótica y fragmentada, sobre todo porque se ha producido una explosión de conocimientos y avances tecnológicos. Para dominar este caos, es necesaria una nueva raza de líderes en todos los niveles.
Los nuevos líderes de la atención de salud deberán organizar a los médicos en equipos; medir su desempeño no según cuánto hacen, sino según cómo les va a sus pacientes; aplicar con destreza los incentivos financieros y conductuales; mejorar los procesos; y desmantelar culturas disfuncionales.
Al organizar la atención de salud en torno a las necesidades del paciente �una idea más radical de lo que parece� los líderes de estas organizaciones vanguardistas mejoran la calidad, la eficiencia y el valor del servicio que proveen.
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