Santiago García-Velasco Sánchez-Morago
El control de los síntomas en general y del dolor en particular sigue siendo un tema actual en los congresos y reuniones científicas, y objeto de debate en las recomendaciones de las sociedades científicas [1]. No sufrir un dolor innecesario debido al tratamiento es un derecho de todo enfermo y facilitar las medidas que lo controlen, por parte de las enfermeras, supone una expresión de respeto hacia ese derecho. Un procedimiento habitual de los cuidados de enfermería consiste en la punción venosa y arterial para realizar extracciones sanguíneas o colocar catéteres con distintos fines; estos procedimientos resultan dolorosos para el paciente y muchas veces desagradables por la necesidad de realizarlos de forma repetida.
Existen diferentes técnicas de relajación que pueden contribuir a la disminución de este efecto en el paciente pero también disponemos de intervenciones farmacológicas que contribuyen a disminuir el dolor asociado a las punciones vasculares [2]. Una de ellas, fácil de utilizar, rápida de actuar y sin efectos secundarios consiste en la utilización de anestesia tópica mediante frío con cloruro de etilo.
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