La calidad de una universidad se mide por la excelencia de su profesorado. En consecuencia, constituye una tarea de la mayor importancia el proceso de selección de ese profesorado. ¿Qué significa que el profesorado es excelente? ¿Cómo se gesta un profesor? ¿Qué es lo que lleva a un estudiante universitario a querer integrarse en una carrera docente que, normalmente, será ardua y dura antes de alcanzar un estatus con una cierta estabilidad? A estas preguntas pretendo responder en este artículo desde mi punto de vista, condicionado por el área de Ciencias en que me desenvuelvo y por el período en que fui responsable del área de profesorado en mi universidad.
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