Desde su nacimiento en la Edad Media, la universidad se ha concebido como lugar de conservación y transmisión del conocimiento. Su función investigadora, o de promoción del avance en la comprensión del mundo, tardó algo más en reconocerse, pero hace tiempo que nadie duda de su importancia. La universidad, pues, enseña e investiga; es, en una formulación moderna, "una comunidad académica investiga; es, en una formulación moderna, "una comunidad académica que, de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana de la herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales."
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