Las medidas de salud pública no farmacológicas se utilizan para reducir la exposición de las personas susceptibles a un agente infeccioso.
Se recomiendan al comienzo de una pandemia cuando la transmisión comienza y no se conocen las características del nuevo virus. El Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante una Pandemia de Gripe desarrolla la aplicación de estas medidas, recomendando la constitución de un Comité Asesor para su aplicación, multidisciplinar en su composición, con el fin de analizar el contexto epidemiológico y social en el que se desarrolla la pandemia y proponer medidas de salud pública según su evolución.
En este artículo se describen las medidas de aislamiento, cuarentena y cierre de escuelas, que tienen el objetivo de reducir la difusión del virus en la población, y se revisan las bases teóricas que ayudan comprender el impacto de su aplicación.
Las medidas de salud pública revisadas en este artículo reducen la transmisión del virus por lo que tienen que ser consideradas en la respuesta a una pandemia de gripe. El impacto sobre la salud dependerá de la rapidez con que se tomen y del grado de aceptación y seguimiento que consigan. Los planes de respuesta deberán recomendar su uso en función de la gravedad y las características del nuevo virus pandémico.
El análisis de los datos debería ser considerado como parte de la respuesta, ya que la información recogida y su análisis será la clave para asesorar a las autoridades sanitarias sobre las medidas que deberían adoptar.
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