El hecho físico, tangible e inevitable de la muerte acompaña y condena al hombre desde su nacimiento. Como parte complementaria de su llegada a la tierra la muerte se convierte en la otra única constante, exigiendo �al igual que la vida- el desarrollo de escenarios arquitectónicos exclusivos en los que sea presencia y protagonista. Éstos han ido variando su morfología en función de la imagen que sobre la vida y la ausencia de ella se ha ido conformando a lo largo de los siglos, apareciendo hoy como espacios depurados de símbolos ostentosos, más bien prácticos, asépticos y neutros, dejando que los sentimientos los aporten los usuarios y que cementerios, tanatorios o crematorios acusen su modestia frente a las sensaciones de paz, armonía y calma que buscan transmitir.
The physical, tangible and inevitable fact of death attends and condemns men since their birth. As a complement to their entry into earth, death becomes the only other constant, demanding -like life- the development of architectural scenarios where it is protagonist and presence. These places have changed their morphology over the centuries depending of the conception about life and death that has been unfolded, appearing today as spaces purged of ostentatious symbols, more practical, aseptic and neutral, letting that cemeteries, funeral homes or crematories accuse their modesty in front of the feelings of peace, harmony and calm that they expect to transmit.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados