Este artículo cuestiona las tesis sostenidas por las teorías de la globalización como las de John Gray Anthony Giddens que asumen: 1) que estamos hoy viendo un nuevo orden económico sin precedentes históricos, en el cual lo económico es lo determinante, desapareciendo o reduciéndose considerablemente el papel regulador de la actividad económica del Estado y su actividad redistributiva y 2) que el centro de la actividad económica son las Empresas Multinacionales que trascienden a los Estados, forzando a éstos a seguir políticas públicas de su agrado. El artículo señala que tales empresas, que son más transnacionales que multinacionales, tienen una relación de dependencia con los Estados donde se ubican, que son los que influencian en gran manera sus sitemas organizativos, sistemas de financiación, de personal, de redes de influencia y posición y tipos de investigación. El artículo critica también la identificación mecánica que se realiza entre políticas keynesianas y políticas socialdemócratas. Las políticas socialdemócratas de mayor envergadura en Europa se han basado más en incidir en la oferta que no en la manipulación de la demanda. Muestra, también, cómo el supuesto milagro holandés de creación de empleo se basa en políticas socialdemócratas de creación de empleo, aun cuando su insuficiente desarrollo explica la persistencia de problemas graves en aquel país, tal como el desempleo crónico. El artículo hace, por último, unas observaciones sobre el futuro del Estado del Bienestar en la UE, criticando las propuestas de Scharpf y otros que podrían romper con el concepto de universalización de tales derechos sociales
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