La primera tesis de este artículo es muy sencilla: una sociedad, una empresa, una organización o una familia necesita la ética para ser una buena sociedad, empresa, organización o familia. Puede apañarse sin ella durante un tiempo, pero no demasiado, porque cada día le costará más darse cuenta de que necesita la ética. Porque -y esta es la segunda tesis de este artículo- las personas aprendemos, a menudo sin proponérnoslo. Y la ética, lo mismo que la falta de ética, se aprende. Y el que ha sido un mentiroso toda su vida no se dará cuenta de que lo es, ni entenderá por qué debe dejar de serlo, ni sabrá cómo conseguirlo.
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