Este trabajo se propone estudiar la importancia del esquema hilemórfico en la descripción del proceso de creación de las agudezas. Al acudir el marco teórico del compuesto de materia y de forma que domina la metafísica de Aristóteles, Gracián procura definir con la mayor precisión posible la génesis del sentido: cada concepto creado es un acto único que se apoya en un proceso de individuación. La forma confiere sabrosa y a veces lúcidamente a los objetos del lenguaje su unicidad. Sin embargo, la "Agudeza", por la jerarquización de formas discursivas que presenta a su lector, impide toda lectura unívoca y reductora de la utilización de estos conceptos: cada forma creada parece someterse a otra forma más refinada y rebuscada aún, y la "Agudeza" se asemeja entonces a una constelación de formas ingeniosas. Así el tratado graciano deja transparentar un formalismo que no puede ser disociado en ningún caso de una antropología que afirma la perfectibilidad del hombre.
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