En este artículo se hace una reflexión sobre el papel que deben representar el colegio y la familia en la atención a alumnos con necesidades educativas especiales durante la Enseñanza Secundaria y Bachillerato. Al hablar de este tipo de alumnos, el sistema educativo español se apoya en principios de inclusión y normalidad. Sin embargo, la práctica diaria muestra que la diversidad tiende a ser percibida, entendida y atendida desde la excepcionalidad. Esta postura pone en riesgo las acciones encaminadas a atender a este tipo de alumnado. Una ayuda eficaz al respecto requiere la formación específica del profesorado, la incorporación de los padres en los apoyos escolares y el liderazgo del colegio en el proceso. En todo caso, los departamentos de orientación escolar deben a sumir la coordinación de todas las actuaciones.
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