El presente trabajo estudia y reproduce una serie de seis óleos de tipos populares y varios retratos, obra de Valeriano Bécquer, muy poco conocidos y en ocasiones reseñados de manera errónea o confusa. Proceden del legado de Antonia Díaz y su marido, José Lamarque de Novoa, escritores y miembros de la alta burguesía sevillana de la segunda mitad del siglo XIX. Teniendo en cuenta que la crítica reciente empieza a considerar al pintor como el artista más interesante del periodo costumbrista, estos cuadros adquieren un valor extraordinario, toda vez que permiten demostrar que ya en 1856, con anterioridad a su marcha a Madrid en 1861 (fecha que ha venido marcando hasta ahora el punto de inflexión en su trayectoria artística), Valeriano había alcanzado la madurez en su pintura y anticipaba una visión realista muy alejada ya del costumbrismo pintoresquista.
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