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Accidente cerebrovascular: la nutrición como factor patogénico y preventivo. Soporte nutricional post ACV

  • Autores: Alejandro Sanz París, D. Álvarez Ballano, Patricia de Diego García, F. Lofablos Callau, Ramón Albero Gamboa
  • Localización: Nutrición hospitalaria: Órgano oficial de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE), ISSN-e 1699-5198, ISSN 0212-1611, Vol. 2, Nº. Extra 2, 2009 (Ejemplar dedicado a: Relaciones entre el Sistema Nwervioso y la Nutrición Clínica), págs. 38-55
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • En esta revisión valoraremos el tema en cuatro fases:

      1) Prevención primaria Factores de riesgo no modificables: 1) Edad, 2) Sexo, 3) Bajo peso al nacer, 4) Raza, 5) Factores genéticos.

      Factores de riesgo modificables: 1) Enfermedad aterosclerótica, 2) Hipertensión arterial, 3) Diabetes mellitus, 4) Dislipemia, 5) Hábito tabáquico, 6) Consumo abusivo de alcohol, 7) Actividad física, 8) Dieta y nutrición: Las sociedades científicas recomiendan la dieta DASH (fruta, vegetales, pobre en grasas totales y saturadas) para reducir la presión arterial. La dieta rica solamente en fruta y vegetales puede disminuir el riesgo de ictus. Se recomienda reducir el consumo de sodio ( 2,3 g ó 100 mmol/día) y aumentar el de potasio ( 4,7 g ó 120 mmol/día). para reducir la presión arterial. 9) Obesidad y distribución de la grasa corporal, 10) Hiperhomocisteinemia.

      2) Tratamiento de la fase aguda La incidencia de malnutrición varían entre un 7-15% al ingreso. Después del ictus el estado nutricional se deteriora, generalmente por disfagia y déficit motores que dificultan la alimentación autónoma estando ya desnutridos el 22-35%. La presencia de malnutrición en estos pacientes condiciona de forma desfavorable su pronóstico. En caso de presentar alguna dificultad para la ingesta normal y siempre que el riesgo de aspiración sea mínimo, estará indicado realizar modificaciones en la textura de la dieta.

      Si el paciente presenta fatiga o saciedad precoz será útil hacer tomas de poca cantidad pero muy frecuentes. Con mucha frecuencia nos encontramos disfagia para líquidos y deberemos espesar éstos con productos de nutrición enteral como los módulos de espesante. En pacientes con un estado nutricional deficitario o que no cubren sus requerimientos nutricionales con dieta oral los suplementos de nutrición enteral son un recurso eficaz. En pacientes con disfagia persistente, las vías para la administración de nutrición enteral más frecuentes son la sonda nasogástrica (SNG) y la gastrostomía endoscópica percutánea (PEG).

      La fórmula de elección es una polimérica, normoproteica y normocalórica y con fibra, salvo que alguna otra situación haga recomendable otro tipo diferente. En los casos de pacientes con desnutrición al ingreso o con úlceras de decúbito se recomienda una fórmula hiperprotéica. Es frecuente la hiperglucemia de estrés, que con fórmulas específicas para la diabetes mellitus se consigue controlar sin requerir tratamiento farmacológico hipoglucemiante ni control glucémico intensivo.

      3) Cuidados tras el alta El desarrollo de malnutrición en este grupo de pacientes puede ser muy frecuente y se debe a múltiples factores.

      Si aparece disfagia, se favorece el desarrollo de infecciones por aspiración. Se debe realizar un seguimiento nutricional de los pacientes que han requerido soporte nutricional durante la fase aguda del ictus hasta su completa recuperación y un aporte de nutrientes adecuado. La nutrición enteral domiciliaria ha demostrado ser costeefectiva en este grupo de pacientes.

      4) Prevención secundaria. Manejo óptimo de los factores de riesgo vascular: 1) Hipertensión arterial, 2) Diabetes mellitus, 3) Dislipemia, 4) Hábito tabáquico, 5) Sobrepeso, 6) Vitaminas


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