Unas reflexiones sobre la comorbilidad del síndrome de Asperger (SA) y la esquizofrenia (E) pueden ser muy interesantes para los psiquiatras que atienden a pacientes adultos. Hay poca consciencia del síndrome de Asperger como entidad diagnóstica en la práctica clínica para adultos porque es una enfermedad que comienza en la juventud. Cuando está presente el SA, a menudo persiste durante años sin diagnosticar. Los pacientes toman contacto con los servicios psiquiátricos porque presentan diversos síntomas psicopatológicos y son caracterizados como personas �raras� con un comportamiento bizarro, además de presentar otros síntomas. Describimos brevemente un caso ilustrativo.
Se explican las circunstancias en las que deben centrarse los clínicos para distinguir entre estos dos diagnósticos y mejorar la fiabilidad diagnóstica y las posibilidades de diagnosticarlo correctamente.
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