El elevado índice de desempleo de los trabajadores jóvenes ha obligado a introducir ciertas modificaciones en los contratos formativos. La Ley 35/2010 ha alterado algunas reglas tanto del contrato en prácticas como del contrato para la formación. Estos cambios se introducen en un ámbito en el que deben tenerse en cuenta, además, la negociación colectiva y la doctrina judicial. Las novedades ostentan un considerable interés, aunque está por ver si repercuten positivamente en el empleo de esta franja de edad y en una mejor capacitación profesional para el desempeño de puestos de trabajo cualificados.
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