Hipertensión arterial (HTA) y diabetes, especialmente la diabetes tipo 2 (DM), son dos situaciones clínicas que se encuentran asociadas con gran frecuencia y que incrementan notablemente el riesgo cardiovascular. La evidencia disponible nos ha demostrado que, en la diabetes mellitus tipo 2, la reducción de la PA tiene un notable efecto en la protección cardiovascular, con independencia del fármaco o los fármacos utilizados (1, 2). Vamos a ver, brevemente, hasta qué cifras hemos de reducir la presión en estos pacientes, cuándo es conveniente iniciar el tratamiento antihipertensivo en el diabético, y el criterio de selección del tratamiento farmacológico. Todas estas cuestiones han sido reevaluadas en la última revisión de la guía europea para el manejo de la hipertensión de la Sociedad Europea de Hipertensión (3) (Tabla I-Página 16).
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