Los paradigmas del desarrollo humano muestran que para llegar al dominio de habilidades deportivas es necesario un largo proceso, donde principalmente las experiencias anteriores en habilidades básicas son de fundamental importancia. Si bien el organismo necesita aproximadamente veinte años para llegar a la madurez, los primeros años son de gran significación para el desarrollo del individuo. Los diferentes comportamientos en las primeras fases de su desarrollo, de 0 a 12 años, determinan, en gran parte, en qué tipo de adulto se tornará la persona.
La educación física en el preescolar y en la escuela primaria debe proporcionar a los niños oportunidades para el desarrollo jerárquico de su comportamiento motor, que permita la formación de estructuras cada vez más organizadas mediante la interacción entre la diversificación y la complejidad. Es oportuno recordar que esto último sólo es posible cuando se considera al ser humano, por una parte, un sistema abierto y dinámico, con un orden de objetivos por alcanzar y, por otra, una persona con amplias experiencias de movimiento, transferibles positivamente para el aprendizaje de nuevos comportamientos aún más complejos, que faciliten una adaptación al ambiente en que se desarrolla.
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