La calidad del aire que se respira en las grandes ciudades españolas no es buena. El abundante tráfico rodado es el mayor causante de la contaminación, tanto atmosférica como acústica, que produce daños importantes sobre la salud de las personas. En España, la responsabilidad de garantizar una adecuada calidad del aire recae en las Administraciones Autonómicas, que son las encargadas tanto de hacer las mediciones de contaminación como de tomar las medidas necesarias para que no se superen los límites permitidos por la Unión Europea.
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