Recientemente, se ha llamado la atención en la prensa escrita sobre la situación de «desequilibrio contractual» en la que se encuentran muchos ciudadanos particulares, que son deudores de las entidades de crédito por la contracción de préstamos hipotecarios, como consecuencia de que éstos se constituyen en España con la garantía tanto del inmueble hipotecado, como del resto de los bienes presentes y futuros de esos mismos deudores.
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