María Victoria Troncoso, Jesús Flórez Beledo
La lectura lleva implícita la capacidad de comprensión de lo que se lee. Sin embargo, el desciframiento de los signos escritos y la comprensión de su significado son procesos neurofisiológicos diferentes que pueden desarrollarse a distinta velocidad. Los niños con síndrome de Down aprenden bien la mecánica lectora, pero preocupa que este aprendizaje no sea paralelo al avance en la capacidad de comprensión, y eso sea motivo de retraso o incluso desánimo en el ejercicio gratificante de la lectura. A la vista de un reciente estudio que analiza esta cuestión, resumido en este artículo, los autores destacan e insisten en las pautas que se han de seguir en la enseñanza de la lectura, de modo que el ejercicio de la comprensión sea consustancial y acompañe permanentemente a los ejercicios de lectura. Sólo así se asegura que la lectura cumpla sus objetivos esenciales de utilidad y satisfacción para la persona con síndrome de Down.
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