El número de nuevos antimicrobianos en la clínica asistencial ha descendido de forma gradual y significativa en los últimos 15 años. Paralelamente se ha producido un incremento en la aparición de microorganismos con resistencia a los antibióticos convencionales, sobre todo en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Dentro de este grupo, la resistencia a la meticilina de Staphylococcus aureus (SARM) y de estafilococos coagulasa negativos resistentes a la meticilina, enterococos resistentes a la vancomicina, Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii resistentes a carbapenémicos y Enterobacterias productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) son las más destacables. Estos patógenos con frecuencia son además resistentes a otros grupos de antibióticos, como aminoglucósidos, fluorquinolonas y macrólidos. Para hacer frente a estas resistencias disponemos de nuevos antimicrobianos de reciente introducción.
Éstos son activos principalmente frente a cepas resistentes de bacterias grampositivas, y de manera más puntual frente a gramnegativos o a ambos. Entre los primeros destacan: daptomicina (lipopéptido bactericida de uso parenteral) y linezolid (oxazolidinona bacteriostática de uso parenteral y oral). Por su parte, el ertapenem (carbapenem bactericida parenteral) y la tigeciclina (tetraciclina bacteriostática parenteral) son activos frente a enterobacterias BLEE, siendo esta última además activa frente a grampositivos y gramnegativos no fermentadores, excepto P. aeruginosa. Posiblemente la introducción de estos nuevos compuestos y otros futuros pendientes salir, aparte de mejorar la diversificación antimicrobiana, sirva para limitar la dispersión de estos microorganismos.
The number of new antimicrobial drugs in the health care clinical practice has decreased gradually and significantly in the last 15 years. At the same time, there has been an increase in the appearance of microorganisms with resistance to conventional antibiotics, above all in intensive care units (ICU). Within this group, Methicillin-resistant Staphylococcus aureus (MSRA) and methicillin-resistant coagulase- negative staphylococci, vancomycin-resistant enterococci, Pseudomonas aeruginosa and Acinetobacter baumanii resistant to carbapenemics and extended-spectrum ß-lactamase-producing (ESBL) Enterobacteria are the most important. These pathogens are frequently also resistant to other groups of antibiotics such as aminoglycosides, fluoroquinolones and macrolides. New recently introduced antimicrobial agents are available to combat these resistances. These are active mainly against gram positive bacteria resistant strains and in a more timely way against gram negative ones or both. Among the first group, the following stand out: daptomycin (a lipopeptide bactericide for parenteral use) and linezolid (oxazolidinone with bacteriostatic activity for parenteral and oral use). On its part, ertapenem (a carbapenem parenteral bactericide) and tigecyclin (a parenteral bacteriostatic tetracycline) are active against ESBL enterobacteria, the latter also being active against non-fermented gram positives and gram negatives, except for P. aeruginosa.
Possibly, the introduction of these new compounds and other futures ones pending introduction will not only improve antimicrobial diversification but also serve to limit the spreading of these microorganisms.
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