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Técnica de aumento de tejido duro y blando en un paciente postortodóncico

  • Autores: Fred J. Bonacci
  • Localización: Revista Internacional de Odontología Restauradora & Periodoncia, ISSN 1137-6635, Vol. 15, Nº. 1, 2011, págs. 16-25
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Para aumentar el biotipo fino se utiliza una combinación de injerto de tejido duro y blando. Una joven de 26 años con abanicamiento en la región anterior mandibular y recesiones de clase I y III de Miller requirió tratamiento restaurador. La cirugía incluyó un colgajo vestibular de espesor total, penetraciones intramedulares, la colocación de un injerto óseo y el cierre primario del colgajo. Las visitas postoperatorias se planificaron para las semanas segunda y cuarta, y a los 2, 3 y 6 meses. La segunda fase quirúrgica consistió en colocar un injerto de tejido conectivo sumergido. Las visitas postoperatorias se completaron a las 2, 4, 6 y 8 semanas y transcurrido el año. A los tres años de haber realizado la cirugía inicial se completó el seguimiento. Las concavidades interradiculares se habían resuelto y el biotipo gingival había aumentado. La recesión del tejido blando se mantuvo hasta el sexto mes. La reentrada quirúrgica reveló un aumento clínico de la tabla vestibular; en los incisivos laterales y en el incisivos central izquierdo se consiguieron 2 mm, y en el canino derecho, 3 mm. No se logró obtener un aumento óseo en el canino izquierdo ni en el incisivo central derecho. La dehiscencia del incisivo central derecho parecía máss estrecha. En general, se observó un incremento de 2 a 3 mm en el grosor y la altura del hueso alveolar. Transcurridos dos meses de la cirugía en dos fases, se había logrado prácticamente por completo el recubrimiento de las raíces; en el incisivo central izquierdo seguía habiendo 1 mm de recesión. Se había producido una ganancia en el grosor del tejido queratinizado. Se habían eliminado las concavidades interradiculares; se había aumentado el tejido blando y el biotipo gingival se había alterado. Seguían estando presentes los cráteres en el tejido blando interdental. Después de un año de la colocación del injerto de tejido conectivo se había logrado prácticamente el completo recubrimiento de las raíces del incisivo central izquierdo, que experimentó recesión residual a los dos meses. Con el aumento de tejido blando se habían eliminado las concavidades interradiculares y los cráteres de tejido blando interdental, además de haberse restablecido la unión mucogingival clínica. Después de la cirugía inicial, la estabilidad clínica se mantuvo durante 3 años. El paciente afirmaba sentirse cómodo durante la masticación y al realizar la higiene oral de costumbre. El aumento clínico del grosor de la tabla vestibular, junto con el aumento del tejido blando parecen seguir aportando estabilidad y una disminución potencial de una futura pérdida de inserción clínica.


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