La urbanización en China responde a numerosos criterios que por su complejidad en las reformas actuales adquiere un perfil específico, más teniendo en cuenta la intervención del gobierno y la progresiva mercantilización de la economía.
Mientras que la urbanización se convierte en una posible vía para la mejora del capital humano y el surgimiento de una economía privada acelera la absorción laboral, existe una voluntad política por incentivar la emigración del campo a la ciudad a través de la progresiva relajación de instrumentos institucionales como el sistema del registro familiar (hukou). Sin embargo, no sólo se tiende a dar más importancia al capital físico a menudo en detrimento del capital humano, sino que dichas iniciativas resultan hoy por hoy insuficientes.
Conviene por tanto combinar el rápido crecimiento de las ciudades con el desarrollo sostenible del campo, sea a través de una distribución más efectiva de la población activa, un aumento de la productividad en las zonas rurales, o una reforma más coherente del sistema de la seguridad social en el ámbito laboral.
¿Es la urbanización buena para China? Sí, mientras esté asociada al desarrollo económico de la ciudad y del campo;
no, mientras tenga un impacto negativo sobre el desarrollo sostenible, el deterioro social y el medioambiente. China se ha lanzado ya en el undécimo plan quinquenal (2006- 2010), cuyo principal objetivo nacional reside en la construcción de una �armonía social� (hexie shehui) basada en el �concepto científico del desarrollo� (kexue fazhan guan).
Se trata de crear una sociedad equitativa (y opulenta) a través del uso eficiente de los recursos energéticos y el respeto del medio ambiente. Los principales instrumentos en este cometido son el aumento de la demanda interna; la mejora de la estructura económica; y el avance del desarrollo rural.
Sin duda, el mayor reto de las autoridades en estos próximos años será alcanzar el equilibrio entre el crecimiento y el desarrollo, tanto económico como social, para lo que es necesario, entre otros, reducir las disparidades económicas entre la costa y el interior, y fundamentalmente entre el campo y la ciudad. Las migraciones rural-urbanas constituyen en este sentido un factor determinante, máxime teniendo en cuenta el creciente proceso de urbanización, que una vez culminado el plan quinquenal vigente, se prevé alcance alrededor del 47%, si efectivamente crece al ritmo de un 1% anual.
Dentro de este contexto, es posible hablar de una urbanización con características chinas, al estar influida por una combinación de factores como la creciente industrialización, las presiones migratorias, el papel desempeñado por el gobierno, o la inversión extranjera. Después de todo, China no sólo se caracteriza por la transformación de una economía agrícola a una economía industrial, un fenómeno común entre los países en vías de desarrollo;
atraviesa además una transición única de una economía planificada a una economía de mercado. Dadas las magnitudes y la aceleración del proceso, conviene observar de cerca los siguientes elementos: la definición de urbanización y su contextualización en China; las tendencias actuales de la urbanización; las perspectivas de futuro.
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