Partiendo del hecho de que el acusativo preposicional se presenta siempre con antelación, con más frecuencia (en ocasiones de forma exclusiva) y con más estabilidad, en relación a los pronombres personales, se plantea la cuestión de por qué los pronombres son particularmente propensos a esta construcción. El rasgo más importante que distingue los complementos pronominales de los nominales es su relativa brevedad, unida al hecho de que en el caso no marcado son átonos o incluso clíticos. Suponemos que el uso de una preposición también tiene algo que ver con la exigencia de colocar un acento remático normal, dentro de un ritmo iámbico, sobre los pronombres personales (a mí/ti etc.).
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