Desde la segunda mitad del XX hasta nuestros días, la cultura, como término de amplia complejidad y multitud de formas, ha dado un vuelco. Principalmente a partir de la década de 1960, creó un perfil de turista masivo. Tanto que el turismo cultural, en términos de masas, representa uno de los motores económicos más importantes de nuestro tiempo. El culto al ocio y al disfrute del tiempo libre, como la aparición de nuevos hábitos sociales acomodados por la revolución tecnológica fueron algunos de los causantes de este fenómeno.
Hoy el museo del siglo XXI, preocupado no únicamente de cumplir su función de promotor cultural, sino de convertirse en objeto de reclamo en sí mismo, juega en esta carrera de atracción de masas un papel protagonista.
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