Según una encuesta reciente realizada por Mercer en 243 compañías multinacionales, en los tres últimos años se duplicó el número de empleados expatriados (que trabajan en el exterior entre uno y cinco años) y también aumentó la cantidad de "nómades globales" (reubicados en diferentes destinos geográficos). Manejar a cientos o miles de trabajadores de variada formación esparcidos por el planeta, todos ellos bajo una misma bandera corporativa y con un pretendido objetivo común, plantea una serie de dificultades, debido a que hay que gestionar, no sólo las políticas de RRHH, sino también reuniones, niveles salariales, zonas horarias, el nombre de los cargos, las condiciones de trabajo, las monedas y los idiomas. Cuando la compañía es global y los empleados están desperdigados, se requiere, con un énfasis mayor que en otros casos, una sólida gestión de recursos humanos.
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