En este trabajo se muestran los resultados de una investigación cualitativa que se realizó en tres hospitales de Tampico, Tamaulipas, en México. En ella se detalla una perspectiva distinta respecto a la última etapa de la vida humana. Específicamente, la labor de la enfermera en el cuidado del paciente oncológico terminal y su relación con él y su familia cuando se acerca el momento de la muerte. Dentro de la práctica de enfermería existe un asunto al que se le debe dar un énfasis especial: el cuidado de pacientes con enfermedades terminales. Durante esta fase, el enfermo experimenta diversos síntomas, que son complejos y cambiantes, por ello necesita tener una atención integral y ética para mejorar su calidad de vida dentro de lo posible. No obstante, los resultados de esta investigación mostraron que las enfermeras viven el proceso de muerte con dolor, tristeza e impotencia. El dolor y la tristeza se relacionan con lo que les significa el paciente y por el tiempo de convivencia mutua. La impotencia la experimentan al sentir que no pudieron hacer más por él o que no sirvieron de mucho todo el esfuerzo, tiempo y recursos dedicados a su atención.
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