El presente artículo pretende completar la historia del Crucificado realizado por Bernini para el Panteón de Reyes de El Escorial. El hallazgo de documentación relativa a un segundo Crucifijo simile, ya citado por Baldinucci, y sobre el que la historiografía no había hecho sino especular, ayuda a cerrar una de las incógnitas hasta ahora abiertas en torno al bronce madrileño. La singularidad de este segundo ejemplar �en realidad, un modelo policromado ejecutado en cartapesta�, permitirá penetrar por entre las fases del proceso escultórico, al tiempo que revalorizar las obras realizadas en este envilecido material.
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