Ricardo Manzanera Escarti, C. Ibáñez Tarín, S. Scoufalos, José Arbesú Prieto
La terapia cognitivo conductual (TCC) ha demostrado ser de gran valor como parte del tratamiento integral o biopsicosocial de muchos cuadros mentales, y entre ellos la enfermedad depresiva. Su fundamento es doble y ecléctico; se basa en la psicología cognitiva de Beck y en los principios del aprendizaje clásico, operante y vicario. Es una psicoterapia del consciente donde sujeto y terapeuta interaccionan activamente.
La TCC es de elección en el tratamiento de los cuadros depresivos considerados menores, y junto a los fármacos antidepresivos se ha demostrado eficaz en el tratamiento de los cuadros graves y en la prevención de recurrencias de la enfermedad. Debe ser considerada como parte del modelo terapéutico biopsicosocial de los cuadros mentales. El médico de familia puede, conociendo técnicas sencillas, aproximarse al esquema cognitivo de sus pacientes y poder junto a ellos elaborar esquemas de modificación de pensamientos erróneos, que generan conductas depresógenas.
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