C. Gómez González, José Fernando Pérez Castán
Los procesos diagnósticos en la práctica clínica habitual se basan en el manejo de probabilidades que nos ayudan a la toma de decisiones ante la incertidumbre inherente a ellos. La interpretación de síntomas y signos que presentan los pacientes es el paso inicial de aproximación diagnóstica, siendo ésta la probabilidad pre-prueba o la prevalencia de una determinada enfermedad y que es conocida a priori. Al realizar una serie de pruebas diagnósticas de forma simultánea (en paralelo) o secuencial (en serie), determinamos la probabilidad posprueba de tener la enfermedad o el valor predictivo positivo. El rendimiento diagnóstico de una prueba es mayor al aumentar la diferencia entre ambas y está claramente influido por la prevalencia de la enfermedad en los individuos donde se aplicó la prueba. La sensibilidad y la especificidad definen la validez de una prueba, siendo características intrínsecas de la misma, y su relación queda definida en las curvas ROC, que indican la probabilidad de tener la prueba positiva en un enfermo con respecto a uno sano. Las tablas 2x2 son la forma básica de cálculo de la relación entre enfermedad y resultado de aplicación de una prueba; es necesario saber construirla a partir de las características de la prueba empleada y de la prevalencia de la enfermedad. Es necesario conocer el grado de acuerdo entre dos métodos diagnósticos, entre dos observadores o por un mismo observador en distintos momentos del tiempo.
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