Con el objetivo de mejorar el conocimiento sobre la relación entre el consumo de combustible y el tipo de firme, se encargó al Instituto Nacional Sueco de Investigación Viaria y del Transporte (VTI) que investigara la diferencia entre los pavimentos bituminosos y de hormigón. Por este motivo, se llevaron a cabo una serie de medidas al norte de Uppsala, en Suecia; donde una misma autopista incluía secciones de ambas tipologías.
Antes de las mediciones, se realizó un estudio piloto para calibrar la metodología y adquirir una idea inicial de las posibles diferencias entre ambos tipos de pavimentos. Los ensayos probaron que existían diferencias y esto condujo a la realización del estudio a gran escala, que concluyó que las diferencias en las mediciones estaban relacionadas con la textura superficial del pavimento. Se utilizó un vehículo especial para ensayar la superficie de la carretera (RST) y analizar sus propiedades (por ejemplo, la profundidad media de las irregularidades del pavimento, MPD). Estas mediciones revelaron que ambos pavimentos eran prácticamente iguales en lo referente a pendientes longitudinales y transversales, pero el pavimento bituminoso tenía una macrotextura (MPD) más rugosa que el pavimento de hormigón.
Las mediciones mostraron un ahorro en el consumo de combustible de un 1,1% en el pavimento de hormigón en comparación con el pavimento bituminoso, siendo estos resultados estadísticamente representativos. La diferencia se atribuye principalmente a las diferentes macrotexturas de los pavimentos.
En el verano de 2009, se realizaron mediciones con vehículos muy pesados, �megatrucks� (de 60 toneladas), Scania R500. Los resultados mostraron que la diferencia en el consumo de combustible podía ser mayor en camiones que en coches, especialmente durante el verano, cuando la rigidez de los firmes bituminosos es menor.
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