Cuando el río Xúquer llega a la Ribera, deja el encajamiento montañoso y forma un cono aluvial que ent ra en contacto con los piedemontes originados por los relieves emergidos en las cercanías de la llanura de inundación, apareciendo unas zonas deprimidas en el punto de contacto de las dos formaciones por los perfiles opuestos que presentan. Además, el contacto no es estable debido a la diferente velocidad de crecimiento en altura, y en consecuencia los depósitos fluviales conquistan poco a poco las tierras de piedemonte y por lo tanto, la zona deprimida se aleja cada vez más del río. En segundo lugar, los núcleos de población, que hace muchos años estaban al margen de las inundaciones por estar situados en promontorios del terreno, están sometidos a un mayor peligro al perder altura respecto a la llanura de inundación. .
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