Que el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama, ha transformado la política en un juego diferente, no es una novedad. Pero aún no se han analizado lo suficiente el impacto que tendrá esto en el mundo de los negocios. La política, después de todo, tiene que ver con proyectar y vender una imagen, cubrir aspiraciones e inducir a la gente a identificarse, evangelizarse y consumir. La promoción de la marca Obama es un caso de estudio de hacia dónde se está moviendo el mercado, en principio el norteamericano. La apertura a la manera en que los consumidores se intercomunican; su comprensión del deseo de éstos de "productos auténticos", y su conocimiento de lo que se necesita para establecer una nueva imagen global, son señales valiosas para la gente de marketing de cualquier parte.
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