Los trabajos necesarios para la extensión del regadío (la nivelación de terrenos, la construcción y conservación de acequias, y el aforo de aguas) poseían una larga tradición en el antiguo reino de Valencia. Su generalización en el siglo XVIII se debió, al margen de otros factores como el crecimiento demográfico, a la profesionalización de la corporación formada por expertos y agrimensores. En este artículo se resumen los principios en los que se basaban dichos trabajos, se muestra la importancia adquirida por la cartografía generada como consecuencia de los mismos y se estudian algunos ejemplos centrados en torno a la acequia Real del Xúquer.
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