La incorporación de la mujer a las factorías tabaqueras se produce desde el primer tercio del siglo XVIII, con la aparición del tabaco de humo. La elaboración de cigarros y cigarrillos queda mayoritariamente en manos femeninas a partir del XIX. Su elevado número en todas las fábricas, muy superior al de otras industrias, sitúa a la cigarrera o elaboranta en un primer plano dentro de esa feminización que durante el siglo pasado tuvo lugar en el mundo fabril. Las condiciones laborales, económicas y sociales que marcaron la vida y el trabajo de estas mujeres, son analizadas en este artículo centrado en la Fábrica de Tabacos de València
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