Mediante el uso de lluvia simulada se estudia la influencia del clima sobre la respuesta hidrológica y erosiva de suelos en dos ambientes semiáridos: el Desierto de Judea - entre 100 y 300 mm año - y las Montañas de Galilea, Carmel y Jerusalén - entre 550 y 900 mm año - en Israel. Los resultados demuestran una influencia negativa de la precipitación media anual sobre la erosión y la escorrentía. En los ecosistemas desérticos las pérdidas de suelo y agua son mayores que en los mediterráneos. Estos resultados se discuten en el marco del concepto de región morfogenética desarrollado por los geomorfólogos durante los años 40 y 50
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