En los casos con una indicación correcta las carillas cerámicas son sin duda la mejor opción en lo que a estética, durabilidad y biocompatibilidad se refiere. Se pueden utilizar carillas parciales, que no cubren la cara vestibular completamente, para aumentar o modificar la estructura dentaria siempre y cuando permitan conservar el color dentario global. Estos tratamientos son tan conservadores como una restauración con composite de similares características, que por lo general constituye la alternativa más rentable y en muchos casos ofrece resultados equivalentes. Cuanto menores sean las correcciones a realizar mejor habrá que analizar si una restauración de cerámica indirecta ofrece ventajas frente a una alternativa de composite directa. Los defectos pequeños, circunscritos y característicos de la lesión de caries y las obturaciones preexistentes no son una indicación adecuada para una restauración con carillas; lo son para una restauración con composite. La frontera a partir de la cual es más conveniente una restauración con carillas indirecta se moverá en función de las expectativas estéticas del paciente, de la capacidad del propio odontólogo y de la envergadura del defecto o de los problemas estéticos, y en cada caso se situará en un punto distinto.
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