En este artículo examino la conquista y colonización de las islas Marianas (1668-1676) como un ejemplo de la construcción de la frontera católica en las posesiones espanolas del Pacífico. Uno de los objetivos es analizar el martirio como uno de los mecanismos utilizados por los misioneros jesuitas para convertir las islas Marianas al catolicismo. Los primeros mártires -Diego Luis de San Vítores, Luis de Medina y Sebastián de Monroy, SJ, entre otros- se convirtieron en «héroes insignes» de la Reforma católica que murieron víctimas de los «bárbaros indómitos» en defensa de la fe. El martirio, como anhelo y culminación de la experiencia misionera, transformó aquellos espacios periféricos en puntos de referencia centrales donde acabaría triunfando el dogma cristiano.
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