Estados Unidos tardó sólo 24 horas en reconocer el nuevo Estado de Kosovo. En la Unión Europea no ha reinado la unanimidad y un pequeño grupo de países, encabezado por España, se opone a ese reconocimiento. Quizá la posición española haya que analizarla en clave electoral. Por primera vez se produce convergencia entre socialistas y populares, al tiempo que los nacionalistas muestran su desacuerdo con la posición del Gobierno de Zapatero. Por su parte, Serbia ha ordenado la retirada urgente de su embajador en Washington y la de sus representantes en todos los países europeos que ha reconocido al nuevo Estado.
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