El presidente chadiano Idriss Déby ha decretado el estado de excepción , con fecha 15 de febrero, doce días después de que fracasara el levantamiento armado que pretendía derrocarlo. Francia, que ha acudido en su ayuda, sufre las críticas de organizaciones humanitarias, las cuales están preocupadas por la suerte de los opositores. Pero la crisis va más allá de las porosas fronteras de Chad. De hecho, Sudán y la guerra de Darfour han jugado un papel clave en la ofensiva de las fuerzas rebeldes, para así alimentar el miedo a que se generalice el conflicto en una región ya de por sí inestable.
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