El hallazgo casual de lesiones ocupantes de espacio de considerables proporciones no es infrecuente en la práctica clínica ginecológica. Suele tratarse de lesiones de crecimiento lento, que producen poca o ninguna sintomatología en las pacientes, muchas veces en forma de episodios sintomáticos vagos y poco específicos que pueden haber sido motivo de consulta médica durante años sin sospechar su origen. Presentamos el caso de una leiomiomatosis peritoneal diseminada diagnosticada en una paciente que acudió remitida a nuestra consulta para valorar el posible origen ginecológico de un dolor hipogástrico intermitente de larga evolución.
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