Un cargamento militar, un rescate diez veces más elevado que el habitual� El abordaje por parte de piratas somalíes, el 25 de septiembre, del Faina, un carguero ucraniano en ruta hacia Mombasa (Kenia), la naturaleza de su carga (una treintena de carros de combate destinados oficialmente al ejército de Kenia) y la importancia del rescate solicitado (13,6 millones de euros) hicieron que la piratería somalí pasara bruscamente de la rapiña a la beligerancia. El buque fue anclado por sus secuestradores frente al puerto de Hobyo, en la región de Puntland, un territorio situado en el nordeste de Somalia, que en agosto de 1998 proclamó unilateralmente su autonomía, en realidad una independencia de hecho. En menos de dos días, fue rodeado por navíos de la Armada estadounidense, con el fin de impedir el desembarco de las armas pesadas.
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