Este artículo pretende llevar a cabo un análisis sobre el uso de mercenarios griegos en Oriente a partir de la Paz del Rey en 386 a.C. En un nuevo marco internacional refrendado por un pacto multilateral, Atenas utilizó a mercenarios con la finalidad de prestar apoyo, sin representar oficialmente a la ciudad, a enemigos de otras potencias en teoría aliadas como Esparta o Persia. El estudio concluye que la sofisticación de las relaciones internacionales junto al desarrollo de la técnica y estrategia bélica en el siglo IV a.C, potenció el uso de este tipo de soldado, convirtiéndolo así en una herramienta fundamental para cualquier estado con aspiraciones hegemónicas.
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