La nocividad de las sectas está más que demostrada; cuando una persona cae en sus garras, presiones psicológicas e intimidaciones insuperables la mantienen en el redil. Con el objetivo de "dominar el mundo", las sectas se apoderan de la economía y se infiltran en los sectores influyentes del Estado utilizando los métodos más ignominiosos. Pero ¿cómo discernir si un grupo religioso constituye una secta o una religión?
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