Los conceptos de excentricidad y periferia son frecuentes en los estudios latinoamericanos, donde han llegado a constituir categoría de estudio y canonización. El cubano Virgilio Piñera responde bien a tales etiquetas, pues rehúye adscripciones estilísticas o generacionales para forjar su inconfundible idioma literario. Este halla fundamento en diversas nociones de absurdo, grotesco, existencialismo y neofantasía, herramientas que desafían toda lógica racional para ofrecer alternativas epistemológicas al individuo moderno. A partir de aquí, confiere papel fundamental a la carne, en tanto retórica que obvia el binomio alma-cuerpo erigiendo este último en instrumento de libertad o resistencia a la alienación. En este sentido, y pese a su condición disidente, Piñera constituye perfecto representante de cierto espíritu epocal.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados