De aquí al verano que viene, Estados Unidos enviará de veinte a treinta mil soldados a Afganistán para reforzar el contingente de tropas extranjeras, que ya asciende a setenta mil hombres. Tanto Barack H. Obama como George W. Bush han sido partidarios de esta escalada. El segundo buscó, paralelamente, junto con el apoyo de los militares del Pentágono, "esquivar" el acuerdo referente a la retirada total del Ejército estadounidense de Irak. Y hacer así inoperantes las promesas electorales del nuevo Presidente.
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