Antonio Fernández-Ortiz, Francisco Javier Jiménez Candil, Vicent Bodí Peris, José A. Barrabés
La reperfusión precoz es la clave en el manejo de los pacientes con síndrome coronario agudo con elevación del ST. Cuanto antes se consiga la reperfusión coronaria, mejor es el pronóstico. Según la evidencia científica, la intervención coronaria percutánea primaria es superior a la fibrinolisis en cuanto a morbilidad y mortalidad y es el tratamiento de elección siempre que el retraso a la intervención coronaria no vaya a superar los 90-120 min. Cuando el retraso a la reperfusión con intervención coronaria percutánea va a ser largo (> 120 min), se recomienda iniciar el tratamiento con fibrinolisis. Por lo tanto, una limitación muy importante para la adecuada implementación de la intervención coronaria percutánea primaria como método de reperfusión coronaria es el excesivo retraso que hay desde el primer contacto médico hasta el inflado del balón (retraso del sistema), en una realidad con tiempos de transporte largos y con un pequeño número de hospitales con disponibilidad permanente de intervención coronaria percutánea primaria. Con el fin de mejorar esta situación, las recomendaciones más actuales resaltan la importancia del diagnóstico prehospitalario y la organización eficiente de redes entre ambulancias y hospitales que permitan reducir los retrasos atribuibles al sistema, para así poder ofrecer el mejor de los tratamientos de reperfusión, la intervención coronaria percutánea primaria, a la gran mayoría de los pacientes con síndrome coronario agudo con elevación del ST.
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