En este trabajo se lleva a cabo una revisión de los argumentos teóricos dados en la literatura para justificar que las transferencias públicas se realicen en metálico o en especie. El argumento básico que defiende las ayudas en efectivo se basa en la soberanía absoluta del consumidor. Sin embargo, existen numerosas razones para que las transferencias se proporcionen en especie, desde las tradicionales (igualitarismo específico, paternalismo y externalidades), hasta otras muchas aplicables a determinados casos (escenarios Second-Best, autoselección, efectos sobre la oferta de trabajo, “dilema del Samaritano”, efectos pecuniarios, ayudas en especie como forma de seguro social, restricciones al crédito, creación de valores individuales, consideraciones políticas o existencia de inflación).
También se presentan los resultados de los estudios empíricos más importantes realizados al respecto.
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