�Al menos 1.200 personas han resultado muertas y otras 300 se encuentran hospitalizadas en Camerún a consecuencia de las emanaciones naturales de gas tóxico que se iniciaron el pasado viernes en una zona de lagos volcánicos al noroeste del país, según informó ayer el presidente camerunés, Paul Biya. No obstante, los primeros evacuados hablan de más de 1.500 muertos. Las emanaciones comenzaron sobre las 10 de la noche del viernes, al producirse una explosión, ocasionada, según los expertos, por una acumulación de gas en el subsuelo.� -El País- 26/08/1986
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