Estamos asistiendo últimamente a verdaderos espectáculos judiciales. Personas a las que todavía no se les ha imputado delito alguno, que ni siquiera han declarado ante el Juez instructor o, aún, cuando ya han declarado ante el Juzgado encargado de la investigación de los hechos denunciados, están siendo perseguidas, acosadas, cuando no ya condenadas por los medios de comunicación social �sean televisivos, de prensa escrita o radiofónicos�. El autor analiza en este artículo la situación actual, exponiendo alguno de los casos más conocidos y más graves de «juicios paralelos», y propone una serie de medidas para evitar este verdadero linchamiento que supone la vulneración del derecho básico que toda persona sometida a un proceso penal tiene: la presunción de inocencia.
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